Mi propia historia de terror
- expuestas
- 19 ago 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 20 ago 2019
A lo largo del tiempo he conocido a muchas mujeres con historias similares a la mía, es por eso que decidí el comenzar a escribir, compartir historias reales, en donde se han presentado situaciones de abuso, violencia física y maltrato psicológico.
Dentro del blog se respetará el anonimato, ya que es difícil contar tu historia, alzar la voz, debido a que la sociedad no esta preparada para afrontar la realidad, pero ese es nuestro objetivo el crear conciencia, el contar historias para evitar que siga pasando, aprender de los errores de otros para nosotros no cometerlos.
En lo personal no tengo ningún problema en decirles como me llamo, y que sepan quien soy, pero por el momento prefiero no decirlo, aunque sé que muchos se imaginaran quien soy.
Les voy a compartir la primera historia de acoso sexual que conocí, la mía.
A penas tenía 11 años, vestía un pescador azul pastel con una blusa de rayas verticales en tonos rosas, lo que no recuerdo bien es el día de la semana en el que sucedió, estoy poco confundida con ese dato, pero vamos a decir que era sábado.
Un sábado del año 2004 iba con mi familia a una cena, en la casa de uno de los amigos de mi papá, el cual conocía desde que nací; Recuerdo muy bien que ese día pasaron muchas cosas o recibí muchas señales, mis sentidos estaban muy alerta sin siquiera notarlo, estaba con dos niñas en el cuarto de los anfitriones viendo la tele, justamente Disney Channel, empece a notar que Juan (vamos a ponerle nombre) subia al cuarto constantemente y el grado de alcohol en su cuerpo iba aumentando, en mi mente lo único que podía pensar era en "este cabrón me va a hacer algo". Minutos después mis papas me llamaron para que bajara a comer, me senté en la mesa y casualmente me toco sentarme junto a Juan, mi mamá me sirvió un taco de harina, enorme por cierto, el cual me atragante de un solo bocado, ya que empece a sentir que alguien me estaba tocando la pierna izquierda, y que iba subiendo hasta mi entrepierna, me asuste muchísimo, no sabia que hacer, mi reacción inmediata fue correr y esconderme.
Pasaron las horas y las dos niñas con las que estaba jugando tuvieron que irse a su casa, me quede sola en el cuarto de Juan y su esposa, mientras veía una película de una niña que quería ser piloto de carreras, vi como Juan volvió a subir y mi mente se quedo en blanco. Cuando reaccione Juan me estaba besando y tocando, a mis 11 años de edad di mi primer beso, con un adulto y no fue consensuado.
El manoseo iba aumentando y fue en el momento que reaccione, que yo no quería; en ese momento corrí, baje la escaleras y en el descanso escuche como Juan gritaba mi nombre, voltee, lo vi fijamente y seguí bajando las escaleras, no le di tiempo a mi agresor que me amenazará. Lo primero que hice fue decirle en el oído a mi papá “Juan me beso”, en cambio mi papá se quedo paralizado, no reaccionaba y todos me preguntaban ¿Por que estas tan pálida? ¿Qué te paso? A lo que conteste “Se me apago la televisión”
Por supuesto mi mamá no me creyó, me pidió, más bien me exigió que le dijera la verdad, no lo pensé ni dos veces, se lo dije y al segundo reacciono para defenderme, le pidió a la esposa de Juan que subiera a ver a su esposo, y yo por mi parte, le pedí a mi papá que subiera por mis zapatos y mi mochila.
Todo lo demás paso muy rápido, mi hermano apenas tenia 4 años de edad, mis papas, nos encerraron en el coche en lo que ellos ajustaban cuentas por lo que había pasado. No deje de llorar, pero lo único en que pensaba es que no quería que mi hermano pasará por una situación similar, nadie merece pasar por una situación similar o peor.
En cuanto mis papas hicieron lo que creían conveniente, que fue golpear al matrimonio y gritarles (porque la esposa sabia las acciones de su marido, no fui la primera y seguro tampoco ultima), me preguntaron ¿Qué quieres hacer? mi primera respuesta fue “Denunciarlo, ya que es medico y ginecólogo, no quiero que nadie pase por esta situación”, mis papas se vieron mutuamente y me contestaron que no me iban a exponer a que la gente hablara de más, a mis 11 años no contaba con argumentos para decirles a mis papas, que me vale madres lo que la gente hable de mi, entonces tuve que contestar “Quiero que le digamos a todos los que tienen hijas e hijos” y eso fue lo que paso, lamentablemente salieron otros casos, donde no habían hablado por temor de que no les creyeran.
Lo único que les puedo decir al respecto de esta historia, es que lamentablemente no acaba ahí, constantemente están abusando de menores, jóvenes y adultos.
¡Alza la voz!, a veces el animarse a hablar, salva a otra.
Comentarios